La adopción transnacional y transracial, estudios referentes a los vinculos de los adolescentes, búsqueda de identidad y percepción del apoyo social percibido con los iguales – INTRODUCCIÓN (Parte 1)

La adopción internacional es un fenómeno social que se ha dado en las últimas dos décadas en España, siendo adoptados más de sesenta mil niños de diferentes países. Muchos de ellos están o han estado en estos últimos años transitando el periodo evolutivo de la adolescencia.

RESUMEN:

La adopción internacional es un fenómeno social que se ha dado en las últimas dos décadas en España, siendo adoptados más de sesenta mil niños de diferentes países. Muchos de ellos están o han estado en estos últimos años transitando el periodo evolutivo de la adolescencia. Se considera de importancia estudiar la adaptación de los adolescentes adoptados internacionalmente en nuestras familias, por las diferencias interculturales e interraciales que tienen con su entorno y las dificultades que tienen que abordar por su identidad de adoptado en la adolescencia, cobrando importancia las relaciones y apoyos sociales que tienen positivos en su entorno. Este artículo expone las investigaciones más relevantes y las variables que se han estudiado, con el objeto de tener una aproximación a las dificultades de los adolescentes y reflexionar sobre los apoyos sociales más positivos que reciben.

INTRODUCCIÓN:

En las teorías del desarrollo todos los especialistas hacen mención a la crisis de la adolescencia, momento del desarrollo evolutivo en el que se enfrenta a numerosos cambios, no solo de índole físico, sino psíquico y en sus relaciones en el ámbito social.


Erikson afirma que en la búsqueda de su identidad necesita, «un sentirse vivo y activo, ser uno mismo, la tensión activa y confiada y vigorizante de sostener lo que me es propio; es una afirmación que manifiesta una unidad de identidad personal y cultural», esta afirmación nos traslada la importancia de los aspectos culturales en la identidad del individuo, como resultado de lo biológico, lo psicológico y lo social. La identidad se forma entre el individuo y la sociedad y como éste la enfrenta con las dificultades que va teniendo; este autor se distancia de las teorías freudianas del inconsciente poniendo el valor en el yo, que se forma en interrelación con los otros.


Es por ello, que las relaciones afectivas entre iguales o de pareja en los adolescentes y jóvenes son importantes en el desarrollo psicosocial, con directas implicaciones para la salud, bienestar y ajuste psicológico (Collins, 2003; Crouter y Booth, 2006; Furman y Shaffer, 2003) y son una fuente de apoyo social emocional e instrumental al estar presente en los momentos de ocio (Furman, Ho y Low, 2008), y de gran importancia en la construcción de la identidad (Collins, Welsh, y Furman, 2009; Furman y Shaffer, 2003).

Para conocer el recorrido de las relaciones humanas desde el nacimiento, se ha de destacar la teoría del apego. En la primera infancia el niño forma su psique en relación con la madre o su cuidador principal. Bowlby (1986) desarrolla la teoría del apego, analizando las relaciones de la primera infancia, estableciendo las bases del comportamiento infantil. Esta teoría analiza la calidad de la relación madre/hijo en los primeros años de vida y su influencia en la manera de relacionarse en etapas posteriores. Ainsworth confirma esta teoría empíricamente, con el experimento que se conoce como <>, definiendo tres tipos de apego: el seguro, el evitativo y el resistente ante la ausencia de la figura de apego. Con esta misma teoría (Main, Salomon 1986) habla de un cuarto estilo: el desorganizado, que correlaciona con situaciones de maltrato y abandono (Fonagy, 2001; Oliva, 2004).

Aunque esta teoría del apego informa de los primeros momentos de la vida del niño y el mundo de la relación con los padres, como determinantes en la manera de relacionarse posteriormente; otros autores afirman que la resiliencia o la capacidad de superar las situaciones adversas, el buen trato, el apoyo social recibido y nuevas relaciones, moldean y modifican el apego, reparando y teniendo vínculos más seguros (Cyrulnik 2007); (Barudy 2009); (Brodzinsky 2011).


Las investigaciones sobre apego en la primera infancia son numerosas, pero el estudio del apego en adolescentes su número se reduce significativamente. De las más representativas tenemos las investigaciones que relacionan el estilo de apego con la autoestima (Holmes, 2011) y la adaptación social (Pinheiro & Mena, 2014); otros trabajos centran sus hallazgos en relación con las psicopatologías (Allen et al, 2007; Bowlby, 1995).


En la misma línea (Hazan y Shaver, 1987) estudian el apego en la relaciones de pareja adultas y otros autores posteriormente, las características de estas relaciones de apego y sus efectos en las relaciones de pareja tanto de adolescentes como de jóvenes y adultos (Feeney, 1999; Fraley, 2002; Heffernan, Fraley, Vicary, y Brumbaugh, 2012; Holland, Fraley, y Roisman, 2012; Mikulincer, Florian, Cowan y Cowan, 2002; Mikulincer y Shaver, 2003; Mikulincer y Shaver, 2007), habiendo una correspondencia positiva sobre el apego infantil y la manera de relacionarse en etapas posteriores.

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